miércoles, 25 de julio de 2012

Qué.

Era una hermosa tarde de abril, el sol estaba por esconderse entre las montañas y los árboles, y ellos estaban ahí, uno tan cerca del otro.

Nadie podría sospechar que bajo tantas sonrisas se escondía una historia de amor que contenía todo, todo. Nadie lo sospechaba porque nadie se había fijado que las miradas que se dedicaban llevaban un cielo tenue y escondido entre ellas. Porque no sospechaban que lo único que deseaban eran estar: Él y ella.

Se les veía desde muy lejos juntos, bajo el pretexto de escuchar ciertas cosas con unos audífonos cortos, creo que ese fue el mejor regalo que les dio la vida, en ese día: Unirlos. No importaba que fuera bajo ese pretexto, porque se les veía felices, ambos en el pavimento, fuera de ese lugar, empezando a ver cierta película, y haciéndose bromas.

Era ridículo pensar que ellos pudieran estar juntos, pero estaban. Pronto el sol se escondió y trajo ante si un bello paisaje con una hermosa luna incluida. Una luna que menguaba, pero que aún podía percibirse como llena, y de repente tras unos motivos no descritos, ni sabidos, se desaparecieron, para reunirse más tarde, con maleta en mano y regresar.

No podían irse hasta adelante en el asiento de aquél camión, pero la promesa de estar juntos se erguía como flecha de metal y encontraron un lugar hasta el final, había un espacio reducido en el cuál ambos se sentiría quizá un poco incómodos. Pero la incomodidad no importaba, porque estaban ahí. Pero no nos mintamos, sí importaba. Eso los separaba de los breves lapsos de romance en los cuáles se encontraban. Seguían unidos por ese auricular, que en otro caso hubiera resultado realmente molestoso, pero para ellos quizá fuese el mejor de los pretextos para continuar tan cerca el uno del otro.

Sus manos elocuentemente, se unieron bajo un sello perpetuo en ese camino a casa, el aire fresco penetraba entre ambos, y provocaba cierta unión que nadie comprendía. Y allí bajo el baño de la luna, se unieron en un...
- Jajajajajaaj
- Lo siento

En un choque de lentes. Sí, yo sé que ustedes comprenderán que no fue ni lo más lindo, ni lo más romántico del mundo, pero se solucionaba con que alguno de los dos, se quitara los lentes para retomar el hilo de tan romántica noche, y como no vio más qué hacer, ella accedió a quitarse los suyos y seguir con la escena hasta donde se había quedado.
- Fue tan...
- Ya sé

Sus manos continuaban unidas, y no habían podido proseguir por ciertas normas de etiqueta que tal vez a ambos los regresara a la realidad, pero había sido divertido y nadie lo negaba. Después de que todo lo usual y romántico volviera, por fin sus labios repasaron con mucha paciencia los labios del otro, para conocer un poco más de todo lo que habían ignorado. No pudieron evitar las risas y los abrazos, y mucho menos los "te quiero", pero sabían que aquello no tenía un camino que seguir...

Y es que así somos los humanos, pese a todo queremos tomar riesgos que no nos corresponden, y de los cuales sabremos, saldremos dañados, pero la ilusión y la ceguera que produce el amor, nos dejan así: Sin defensas ante esta vida.

Ambos caminan, ahora, separados. Pero siempre sabrán que hubo algo que los unió, aunque no se atrevieran a descifrar qué.

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